19.6.12

IV

La maldad es la pérdida de la ilusión y de la inocencia. Kovic comprendió su desilusión en el plano de lo real. Esa capa de luz mercurial y áurea  que cubre lentamente la trama de sucesos de la existencia de un modo inefablemente bello y que llega a constituir nuestra vida. Nuestra existencia vista desde un sentir diferente, lleno de humanidad, de un sentido íntimo, que cobra nuestros actos y que sin embargo es tan fácil perder.

That's a good hint. Make this take sense. Make things make sense. Make sense take over the things. 

 No sabía en qué  momento se había vuelto un cínico. 

La personalidad es un florecimiento. El amor es una espera. El orgasmo es un trabajo. El destino es el camino. La sanación es un suspenso. La sabiduría es el punto final de un tejido.  El perdón es el dulce trago después de un sabor amargo. El olvido es el paso del tiempo. La amistad es conversar. El sueño es la llegada del desvelo. La comprensión es un descanso. La tragedia es el desenlace. La comedia es lo cumplido. Todo es una larga paciencia.

Es el día en que el transporte público encuentra su mayor concurrencía. Hay un olor a humedad, y a ansia de llegar a los distribuidores para intercambiar tokens por alimentos. Cuando Kovic llega, encuentra una fila larguisima, gente ensimismada en un autismo robótico, sin hablar y con esa expresión de encontrarse en una reflexión sin fondo, constantemente. 

Kovic busca en el bolsillo de su pantalón un token y se topa con el botón de una una camisa. Es suave, lo redondea con los dedos, encuentra el recuerdo. 

Un niño corre alrededor de su madre. Le sonríe y canta. Ella lo controla, no quiere que los inspectores de comportamiento le dicten un correctivo. Estan por todas partes. El niño se desengancha de los brazos maternos y corre hacia el final del pasillo riendo, detrás de él corre la madre, y detrás de la madre un inspector de comportamiento. De comportamiento normal. La ilusión del comportamiento estandarizado había inhundado la sociedad hace ya tiempo. Es mucho más fácil controlar lo estandarizado que preocuparse por distintos tipos de humanos.  Es por eso que los inspectores de comportamiento pueden subyugar a los ciudadanos o a sus hijos a través de la dosificación de un shock eléctrico que los paraliza por unos minutos y drogas como el Semfal que apacigua los comportamientos anormales.






29.3.12

III.

La primera visión cotidiana del apartamento obscuro y sin compañia, pegaba sin embargo como extraña, obtusa y sin sentido. Las luces en off, los platos sin lavar, objetos fuera de lugar. Olía a encierro y a un ligero espíritu de sinsabor. Sentía el agobio de un día caluroso encerrado entre las paredes y el sudor en la frente seco y caliente. El aire acondicionado comienza su presencia. Es frío y  a veces caliente, se escucha el ligero murmuro de la maquinaria al funcionar.

Rovic da un segundo paso hacia adentro del apartamento y piensa en voltear y salir corriendo. Huyendo de aquel vacío que, aún resistiendose; lo traga, y lo absorbe hacia una ubicua dimensión de soledad. El sensor de movimiento hace que se ilumine la habitación y cierra los ojos; camina de memoria hacia el gabinete donde guarda las psycotaminas, tienta buscando el frasco familar con la tapa asegurada; lo agita y calcula la cantidad disminuída de píldoras. Abre el frasco, deposita una pequeña esfera azul en la palma de su mano -es tan hermosa: transparente y brillante - la traga rápidamente y toma una bocanada de aire profunda que duele y libera lentamente mientras contiene el impulso de abrir los ojos.  Siente la angustia inundando la nariz y los ojos y le molesta un picor en la garganta. Respira lentamente, mientras rechina un poco los dientes; siente el latído de su corazón y a través de los párpados percibe la luz de la habitación. Siente una excitación intraducible.


Pasa por su mente la imagen de él corriendo por uno de los pasillos del edifico donde vivía en su infancia, detrás de él otros niños. Perseguían un ratón -era enorme -. El efecto del antidepresivo comienza a invadir su cuerpo y todo es más ligero. Es un leve mareo, mezclado con una alegría incoherente y un sentimiento falso, pero posible de adecuación. El "principio de adaptación posible" que se programa en los androides de compañía. Una adaptación específica que sólo es real porque es aceptable en determinadas circunstancias, que se proyectan como variables en la secuencia de algorítmos que componen la inteligencia artificial de esas máquinas. Ya no se fuerza el bloqueo de la recapturación de serotonina, ahora la nanotecnología modifica moléculas para sintetizarla y esparcirla a través de la red neuronal, produciendo una mágica sensación de bienestar cibernético. It fixes you up.


Abre los ojos y observa la pared donde cuelga un espejo de aluminio pulido que forma la palabra LOVE. Sonrie. Camina hacia la ventana para observar las luces de la ciudad que descanzan sobre el horizonte. Hay un cielo carmín y azuloso. Rovic identifica el reflejo en el cristal de una foto en la que Porter y él se toman de la mano mientras sonríen. Era su cummpleaños. El efecto de la psycotamina comienza a deslavarse, se torna estable. Observa el entorno desde una lejanía fabricada. Los objetos destacan su real, su inocencia, su falta de sentido, su deshumanidad.


Percibe una llamada en el visualizador. Marcus calling. 


-Marcus, I'm on a fix. Call you later.
-OK. Fun.


Rovic se tumba en el sillón y se observa con curiosidad la mano. Ve la foto con Porter, actua la escena, como si estuviera tomando su mano, -1-2-3- sonrían - El carmín del cielo se difumina en un azul intenso y se resguarda en la ola de bienestar químico.


Love's a bitch y un monton de dinámicas neuroquímicas encadenadas a la imagen de alguien quien es el representante del deseo y nada más. El deseo es siempre subterfugio y sin rostro, no se lee más que entre líneas y sólo se le conoce indirectamente. El deseo no nos es libre.